lunes, 10 de mayo de 2010

NUCLEO PROBLEMICO Nº 3 EL JUEGO



¿Qué es el juego y porque es una actividad espiritual?



Para que exista el juego en el niño, tiene que haber interacción y manipulación del entorno físico. De esta forma el juego surge como fruto de nuestra acción o de nuestra actividad cognitiva. En este sentido, el cerebro del niño y toda su corporalidad está continuamente en procesos de automodificación de su actividad celular, y no de hacer representaciones del mundo externo como muchos autores lo plantean. Recordemos, que cada segundo existen más de cien mil millones de reacciones químicas que transforman todos nuestros tejidos y en especial nuestras neuronas, originando plasticidad cerebral. Desde estas perspectivas, es a través del juego que yo establezco vínculos con otros, por medio del cuidado físico, las afectaciones, el amor, que se producen en el juego social. Lo anterior es determinante no solo para los procesos cerebrales sino que inciden en la construcción y en la regulación celular de procesos de expresión génica (Epigenéticos). De esta forma, el juego no solo permite modificaciones celulares, sino que el ser humano también es transformado en su comportamiento por procesos que ocurren en la dimensión lúdica, especialmente asociados con el campo emocional-afectivo que produce el juego.



• ¿Por qué el lenguaje poético se distingue del lenguaje corriente?



En el lenguaje poetico se plasma el sentimiento mas intimo del ser humano y en el expresa sus fantasias, alegrías y tristezas, por medio del lenguaje poetico expresa la sensibilidad que lleva oculta en su diario vivir.



• ¿Cómo ha sido la conexión entre las artes plásticas y el juego?



Es necesario resaltar que los procesos lúdicos, como experiencias culturales son una serie de actitudes y de predisposiciones que fundamentan toda la corporalidad humana. Podríamos afirmar que son procesos mentales, biológicos, espirituales, que actúan como transversales fundamentales en el desarrollo humano. Por otra parte, estos procesos son productores de múltiples cascadas de moléculas de la emoción, que invaden toda nuestra corporalidad, produciendo una serie de afectaciones cuando interactuamos espontáneamente con el otro, en cualquier tipo de actividad cotidiana que implique actividades simbólicas e imaginarias como el juego, la chanza, el sentido del humor, la escritura, el arte, el descanso, la estética, el baile, el amor, el afecto, las ensoñaciones, la palabrería. Inclusive, todos aquellos actos cotidianos como “mirar vitrinas”, “pararse en las esquinas”, “sentarse en una banca”, son también lúdicos. Es necesario aclarar al respecto que lo que tienen en común estas prácticas culturales, es que en la mayoría de los casos, actúan sin más recompensa que la gratitud y la felicidad que producen dichos eventos. Es en este sentido que la mayoría de los juegos son lúdicos, pero la lúdica no solo se reduce al juego.

¿la tragedia y la comedia se hallan en la competición?



El ser humano en el juego percibe, siente, observa, piensa, realiza variaciones, vence dificultades y resuelve problemas. La intencionalidad de los juegos es de propiciar recreación colectiva, en la que se rescata el acercamiento, la risa, el afecto, la ternura, el gozo, la solidaridad y el reconocimiento de la diferencia. Esto permite en los grupos la capacidad de discernir, de negociar conflictos, de resolver problemas.


• ¿Cómo funciona el elemento lúdico en el arte actual?



Lo primero que hemos de tener claro es que el juego es una función elemental de la vida humana, hasta el punto de que no se puede pensar en absoluto la cultura humana sin un componente lúdico. Pensadores como Huizinga, Guardini y otros han destacado hace mucho que la práctica del culto religioso entraña un elemento lúdico. Merece la pena tener presente el hecho elemental del juego humano en sus estructuras para que el elemento lúdico del arte no se haga patente sólo de un modo negativo, como libertad de estar sujeto a un fin, sino como un impulso libre.


¿con la fantasia?



El análisis de la fantasía y la actividad creadora permite explicar la vinculación existente entre la realidad, el pensamiento simbólico y aquellas actividades como el arte, la literatura, la música. La imaginación como proceso psicológico se haya en el trasfondo de toda actividad intelectual de alto rigor formal o en aquellas consideradas más informales. No sólo los sueños, la creación de ficciones, el juego simbólico, mitos y leyendas se pueden considerar como los productos por excelencia de la imaginación.

La fantasía construye nuevos mundos o realidades con los materiales que han tomado del mundo real. En este proceso, se detectan nuevos grados de combinaciones, nuevos entes que han surgido de la comparación, del análisis y de la transformación de cualidades. Asimismo de la relación entre el pescado y una mujer podemos dar origen a una sirena; de una serpiente y una águila, a un dragón. Cuanto más rica es la experiencia que se tiene mayor es la profundidad de los productos fantasiosos.

Desde esta perspectiva, la fantasía guarda relación con la memoria, se apoya en ella y en los procesos de pensamiento, a través de los cuales modificamos nuestro conocimiento del mundo. De esta forma se crean nuevas combinaciones, se mezclan diversos elementos para obtener una visión múltiple y diversa de la realidad. Pedagógicamente esto implica que al niño se le debe ampliar el mundo de sus experiencias, proporcionarle una base para su actividad creativa, y el desarrollo de su fantasía. Cuanto más juegue, observe, aprenda, asimile, experimente y explore más productiva y considerable será la actividad de la imaginación.

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